27 años de guerra han arrasado la memoria agrícola de los campesinos en Angola. Los padres no han podido transmitir a sus hijos sus conocimientos, provocando que ahora no tengan la capacidad necesaria para cultivar, de forma efectiva, sus propios campos.

9 de cada 10 personas pasan hambre en Huambo (Angola)

La guerra es una de las causas por las cuales Angola no es capaz de producir sus propios alimentos, viéndose obligados a importar productos básicos, con el encarecimiento que esto conlleva de productos como la leche, harina, etc. El 92,5% de la población de Huambo, Angola, sufre inseguridad alimentaria y en este contexto, poder alcanzar su soberanía alimentaria es imposible.

Qué es la inseguridad alimentaria

La inseguridad alimentaria lleva a la población a la subnutrición, provocando que las personas no puedan llevar una vida sana. Las niñas y los niños no pueden estudiar, ni aprender y el embarazo suponer un riesgo para la mujer y el bebé.

Nuestro objetivo es que el hambre desaparezca de Angola y para ello trabajamos en las zonas rurales, donde los índices de pobreza y hambre son todavía más elevados.

Escuelas de campo

Estamos llevando a cabo un proyecto de escuelas de campo a las comunidades rurales, una estrategia efectiva en la lucha contra el hambre en países de África, apoyada por la FAO.

Las escuelas de campo son una metodología muy extendida que consiste en reunir a 30 campesinos alrededor en un lugar abierto. Consisten en definir un cultivo prioritario y comenzar a trabajar en campos demostrativos donde se comparan las metodologías más avanzadas con las de los campesinos.

Nuestra formación no solo termina en enseñar a cultivar y cosechar sus campos, también les ayudamos a diversificar estas cosechas, a gestionarlas y saber qué alimentos pueden ser los más nutritivos para sus hijos y familias.

Un cambio real

El cambio no termina en un aumento de su producción y mejora en la alimentación de sus familias, ahora pueden comenzar a vender parte de sus cosechas. Estos ingresos obtenidos les ayudan a mejorar sus cultivos invirtiendo en herramientas, así como escolarizar a sus hijos y comprarles libros para que puedan estudiar.

Ya hemos impulsado 24 escuelas, pero solo es el principio. Tu apoyo puede cambiar el futuro de los campesinos más pobres de Angola.