La exclusión social y laboral de la mujer en zonas rurales de Bolivia es una realidad. De hecho, en la región Altoandina, en los alrededores de la península de Copacabana junto al Lago Titicaca, la situación es todavía más preocupante: el 72% de la población es pobre, del cual un 46% son mujeres (siendo el 26% restante hombres), según la Autoridad Binacional Autónoma del Sistema Hídrico del Lago Titicaca (ALT). Desde CODESPA analizamos el contexto de una zona delicada por su preocupante contaminación medioambiental para 500 beneficiarias indígenas (de origen quechua y aymara), de entre 25 y 40 años. Necesitan formación para entrar en el mercado laboral y formar parte de la sociedad económica. Dar varios pasos hacia adelante.

El proyecto impulsado consiste en impartir talleres de técnicas textiles para proporcionarles conocimientos y relacionarse con los estándares de calidad para la comercialización a nivel nacional e internacional, lo que les permitirá acceder a esas oportunidades de trabajo que tanto demandan para avanzar. Es un comienzo. Así, no se verán obligadas a trasladarse a las ciudades, donde sufren marginación por las malas condiciones y les sería más difícil, sin formación, involucrarse dentro del circuito laboral. En este tiempo ya se han arrojado los primeros resultados, y es que ya han sido creadas 65 fuentes de empleo para ellas.

Además, también se establecerá una conexión con la empresa social AYNI DESIGN, esencial para seguir progresando y encarar los primeros contactos con el sector privado. Todo ello bajo unos certificados, que obtendrán gracias a la formación, que acrediten que son aptas para las tareas a desarrollar. Por otro lado, la implantación de estas técnicas busca impulsar el empoderamiento de la mujer, independiente en la toma de sus decisiones y el crecimiento personal y profesional dentro de la compañía. A otros niveles, percibir un salario les permite continuar con un estilo de vida tradicional y autónomo.

Rosa Canllagua, una de las artesanas, cuenta su experiencia: “Dese pequeña mi mamá me enseñó a tejer. Con CODESPA me animé porque hemos confeccionado y vendido varios artículos gracias a la formación. Tenemos que seguir trabajando para que lleguen más pedidos de AYNI”. Del mismo modo, Susana Ramos también muestra esperanza en continuar con las tareas. “Con 12 años ya tejía y por eso me animé a entrar en el proyecto. Estoy aprendiendo mucho y vamos a seguir haciéndolo porque CODESPA nos ayuda. De la artesanía vivimos”, afirma la beneficiaria.

Este progreso les ha llevado a crear y diseñar una marca bajo el nombre Kurmi, que en idioma aymara significa “arcoíris”. Las indígenas de este pueblo son algo introvertidas, por lo que expresan su ánimo y su alegría a través de vestimentas de colores llamativos. Además, el packaging ideado para exponerlo les permite potenciar la venta, ya que la presentación es esencial para que el cliente se interese por el producto y, sobre todo, la denominación de origen del Lago Titicaca es uno de los aspectos que impulsan la comercialización. El proyecto ha abierto mercados porque ha conseguido, entre otras cosas, alianzas con las tiendas de Copacabana. Toda ayuda les hace progresar.

Objetivos y expectativas

El turismo en la zona del Lago Titicaca es una oportunidad para ellas. Es ahí donde, a través de la ropa local hecha a mano, con un alto grado de interés por parte de los visitantes, pueden demostrar sus habilidades. Desde CODESPA observamos que existía un nicho idóneo para ellas en este contexto y empezamos a buscar posibles compradores dentro del sector privado. De esta forma, se promueve su estabilidad actual y futura a través de los siguientes objetivos:

• Escaparate del patrimonio textil en la región del Lago Titicaca, desarrollando suministros competitivos con la demanda de mercado para estos productos, así como trabajar hacia la inclusión de la mujer indígena en el mercado laboral.
• Enseñanza profesional con alta calidad y certificación de las capacidades en artesanía para las 500 mujeres.
• Desarrollar un mercado para la artesanía de la ropa desde la región del Lago Titicaca, consolidando la existente red de trabajo y empleabilidad de las mujeres que viven en la pobreza.

Además, se establecieron las expectativas resumidas a continuación:

• Mejorar el patrimonio cultural de las comunidades rurales de la región Altoandina para evitar su pérdida. Se pretende conservarlo con estos talleres.
• Fortalecer y certificar las capacidades de las 500 mujeres que trabajan en la producción de ropa a mano. Ellas saben tejer, pero no tienen documentos para acreditarlo en un hipotético empleo.
• Comercializar la producción de textil de las asociaciones de artesanía. Alcanzar los estándares de calidad requeridos en el mercado nacional e internacional.

Si quieres ayudar a estas artesanas, te lo ponemos fácil: puedes aportarles mucho más de lo que crees accediendo a este enlace.