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Artesanas de la miel: mujeres que superan la pobreza en República Democrática del Congo

> Qué nos impulsa a desarrollar el proyecto

Impulso

La falta de oportunidades para las mujeres impiden su desarrollo e independencia, social y económica.

> Qué objetivos queremos alcanzar

Beneficiarios

Beneficiarios

119 mujeres

Oportunidad

Oportunidad

Miel

Impacto Economico

Impacto Economico

Las mujeres comienzan a obtener unos ingresos que pueden gestionar ellas mismas

Impacto Social

Impacto Social

Ahora ellas lideran los cambios que se producen en las comunidades

Logros

Logros

Hemos creado una marca para que su miel sea reconocida en la capital Kinshasha

Rotador

Artesanas de la miel: mujeres que superan la pobreza en República Democrática del Congo

Artesanas de la miel: mujeres que superan la pobreza en República Democrática del Congo

El 71% de la población en República Democrática del Congo vive con menos de 1 dólar (USD) al día. Los continuos conflictos armados han…
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Artesanas de la miel: mujeres que superan la pobreza en República Democrática del Congo
Talleres fabricación colmenas
Talleres donde se fabrican las colmenas
Primeras colmenas de miel gestionadas por las mujeres

El 71% de la población en República Democrática del Congo vive con menos de 1 dólar (USD) al día. Los continuos conflictos armados han provocado una permanente subida de los precios de alimentos básicos como la patata, harina, leche o incluso la mandioca, un producto imprescindible en su alimentación, haciendo muy difícil poder tener una alimentación sana.

A esto se le suma una escasez de infraestructuras y de acceso a servicios básicos que han convertido a R.D. del Congo uno de los países más difíciles donde vivir. Una situación que se recrudece en aldeas rurales como Maluku en el Plateau de Bateke a 140km de Kinshasa, la capital de R.D. del Congo.

La situación de la mujer: solo el 20% de las personas que acceden al colegio, son niñas

En esta región las oportunidades de acceder a educación primaria o a formación profesional, son muy escasas. Solo el 30% de los niños y niñas pueden ir a la escuela. Pero las mujeres y niñas tienen menos oportunidades de estudiar y por tanto, poder desarrollarse personal y socialmente. Muchas de ellas no saben leer, ni escribir. Su situación no mejora al crecer, en muchos casos sus derechos están sometidos a su marido.

Y a pesar de que las mujeres trabajan en el campo, venden los productos recolectados y desarrollan labores como ir a recoger agua, en pocos casos pueden gestionar los recursos económicos de sus propias familias.

Invertimos en la mujer para luchar contra la pobreza y la desigualdad

La principal actividad económica de la zona, de forma tradicional, ha sido cultivar mandioca. Sin embargo, en muchas ocasiones, las familias se han visto obligadas a cultivarla solo para comer. No pueden acceder a otros productos básicos por sus elevados precios.

Queremos que 100 mujeres se conviertan en productoras de miel y mandioca (con la que producen ‘chikwangue’). Podrán aprovecharlas como un producto más alimenticio, pero el objetivo principal es que puedan venderlas y que lleguen a la capital de Kinshasa, para obtener unos ingresos. Les hemos ayudado a crear 4 cooperativas, formadas 100% por mujeres.

Estas cooperativas también son mutuas solidarias. Gracias a las pequeñas aportaciones económicas que ellas mismas hacen, se pueden prestar pequeños créditos.

Les estamos dando acceso a formación para que puedan aprender a manejar estos micropréstamos, así como a producir la miel y chikwangue. Además, como las colmenas tenían unos precios muy elevados, estamos formando en albañilería a 40 jóvenes de la misma comunidad. Ellos fabrican las colmenas a unos precios justos y satisfacen otras demandas que tengan las familias (puertas, ventanas…).

Ahora ellas han comenzado a producir la miel, con abejas que se alimentan de los bosques de acacias que se están produciendo alrededor de las comunidades. Gracias a la organización Giagro, las mujeres pueden filtrar la miel y embotellarla. Por otro lado, cosechan la mandioca y la transforman en ‘chikwangue’, un producto con gran importancia alimenticia en la zona.

Y por último, estamos trabajando para que en un futuro cercano puedan comercializar esta miel ellas solas. Hemos construido almacenes donde camiones de la capital podrán comprarles la miel y otros productos, que poco a poco, vayan cosechando. Ahora mismo solo un camión viene de forma periódica, pero lograremos que sean muchos más los que conozcan a estas artesanas de la miel.

Es pronto, pero ya están comenzando a lograr grandes cambios. Ahora sus familias las escuchan y su rol está cambiando. Pueden tomar decisiones, su voz es respetada y comienzan a obtener ingresos que invierten en su futuro, el de sus familias y su comunidad.

Tú ayuda es importante para ellas. Si puedes, dona.